martes, 7 de febrero de 2012

¿QUÉ ES LA CRISIS?


La crisis se esconde tras una cortina de millones de euros que lo mismo van que vienen no se sabe de dónde ni hacia dónde.

La crisis se enmascara en el pesimismo de muchos, incluidos aquellos para los cuales el derrotismo de las gentes es la oportunidad para recoger beneficios.

La crisis deja claros en el bosque de la carencia, entre los altos sueldos de banqueros, especuladores y políticos de alta gama que cobran más de lo que pueden gastar sin perder la decencia.

Pero a mí no me engañan.

La crisis es un coche viejo que visita un taller para reciclarse, porque no hay para otro nuevo.

La crisis es levantarse por la mañana y no saber qué hacer y que se te pase el día sin haber hecho nada.

La crisis es impotencia, es desconcierto, es abulia, es autodesprecio.

La crisis es una mujer que antes miraba escaparates y ahora compra cebollas.

La crisis es alcohol barato, es mirada sombría y bronca sin motivo.

La crisis es la cola de cáritas, la bolsa con legumbres y la leche de oferta.

La crisis es la deuda impagada, el piso provisional, el cambiarte de acera para evitar encuentros.

La crisis es no poner el despertador.

La crisis es un "no te puedes ir de viaje de estudios", es un "no puedes hacer esa carrera".

La crisis es el despedir y el despedirse para no se sabe cuándo volver.

Pero la crisis no es el fin.
La crisis puede ser la celebración de la solidaridad, puede ser la fiesta del compartir.

La crisis puede ser la mecha de la revolución, la antesala de la justicia.

La crisis puede ser, y ojalá sea, el triunfo del ser humano sobre el dominio del dinero, la victoria de las personas sobre las estructuras, la esperanza del futuro que deseamos que llegue.

Algún día, las crisis las padecerán quienes las provocan, la sufrirán quienes se aprovechan de ella.

Para entonces incluso los ricos tendrán suerte, porque cuando eso llegue... 

ya no habrá más crisis.











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