
No puedo decir que no alimente mi ego de cutre e incipiente articulista el que se haya difundido esta entrada de mi blog y hasta que se copie por parte de los que buscan la propaganda partidista, legítima, por otro lado.
Más amigo de la verdad que de la propaganda, que suele ser la versión caricaturesca de la realidad, animo a los lectores, difusores y copiadores varios a que busquen el equilibrio de lo cierto por encima de exageraciones, y puesto que la política no es cosa sólo de partidos y partidarios, como si se tratara de Barça y Real Madrid, sino fundamentalmente de ciudadanos, reconozcan los defectos y virtudes de los diversos contrincantes en liza, dispuestos siempre a reclamarles que cumplan lo prometido.
Yo así lo intento, como habrán podido comprobar quienes me siguen en mis reflexiones, en las que incluyo también a los de mi propio partido o en las que hablo de la Iglesia.
Con lo hermosa que es la libertad, no merece la pena entregarla a nadie bajo la disciplina de ninguna organización, y la llave de la libertad es la verdad. Ya lo decía Jesús: “La verdad os hará libres”.
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