domingo, 22 de mayo de 2011

NO QUEMÉIS EL CAMPAMENTO

Y ahora qué. Parece que si no hacemos un manifiesto no nos quedamos tranquilos. Tiene que salir una declaración pública, y en el momento en el que esto sucede, ya hay personas que no están de acuerdo.

Pero realmente, ¿es necesario un manifiesto?

De los acampados no se espera programa político alguno, es una propuesta ética, es una explosión de sensaciones, es una alegría desbordada por estar haciendo algo juntos, por estar sembrando especies nuevas, por unir personas de diferentes procedencias y edades, pero no pidamos que se concrete, porque no se puede esculpir la ilusión, porque no se puede encerrar la esperanza.

¿Qué somos? Una montaña de indignados.

¿Por qué nos indignamos? Por muchas cosas: por el secuestro de la democracia por los partidos, por la falta de honradez, por la hipocresía de los bancos y seguro que por más cosas.

¿Qué queremos?: un mundo mejor, más democracia real y más justicia.

Pero no preguntéis más. Porque empezarán a aparecer las diferencias, porque lo que queremos es utópico y la utopía no se puede concretar, porque si se concreta ya no es, porque excluiría a los que quieren lo mismo pero con otros matices.

A los que estamos en partidos, los que pertenecemos a colectivos más o menos formales, NADIE nos ha pedido que digamos nada, NADIE nos ha pedido un programa político, solo quieren que escuchemos y TOMEMOS NOTA

Así que yo os increpo, partidos y colectivos, cuarentones metidos a ideólogos de jóvenes a los que consideráis perdidos y que necesitan de vuestra guía, mitineros pesaos del “siempre el mismo rollo” desde hace años. Guardad silencio, porque sólo así se puede escuchar.

Yo os digo: dejad a los jóvenes que sean ellos. ¿O es que pensáis que se ha juntado tanta gente por vuestra acción política? Muchos ya lleváis bastantes años en esto para saber que sólo movéis a unos pocos cientos (con suerte), y que esta movida no os pertenece.

El campamento es un cuadro impresionista de infinitos colores que sólo deja ver lo que es desde la distancia, así que cuarentones diversos, partidos, colectivos, tomad distancia si no queréis que os salpique la pintura, porque algunos os merecéis un brochazo.

2 comentarios:

  1. Sin duda los campamentos son una expresión de la indignación y el hastío de mucha gente, pero y sobre todo, de la ILUSIÓN y la ESPERANZA de que las cosas pueden ser de otra manera.
    No puedo evitar acordarme de las movilizaciones de funcionarios hace unos meses, todos cabreados, todos indignados, todos ilusionanos, pero entonces no supimos superar la prueba de "¿si por aquí no, entondes POR DÓNDE ?".
    Creo que un movimiento como este, no debería intentar ir más allá.(colectivamente )porque encontrarán barrreraa infranqueables muy cerca. Su exito es SU EXISTENCIA, su grito de "lobo, que te he visto las orejas" a políticos desilusionados , o lo que es peor incompetentes. Es romper delante de sus narices las patentes de "CORSO" que de han ido otorgando
    unos a otros.
    El éxito, solo puede venir por abrir los ojos a los conciudadanos adormilados en los vapores de una vida más o menos acomodada. NO PODEMOS DEJAR LAS CUESTIONES IMPORTANTOS SOLO EN MANOS DE LOS POLITICOS. Debemos ser protagonistas de nuestra propia historia. Nuestra fuerza: "nuestra implicación y nuestro voto "NO CAUTIVO" que mueva el barco hacia el destino que nosotros decidamos.
    Y seguir ahí, acampados, hoy en las GLORIETAS de toda España, y mañana en las REDES SOCIALES y siempre en las CONCIENCIAS.

    ResponderEliminar
  2. Es una pena, sí, a mí ayer ya se me fue la ilusión (y tenía mucha, que conste). Mucha gente empieza a no sentirse representada, a desconfiar, parece que deja de ser un movimiento meramente ciudadano, mucha parafernalia política, un manifiesto en el que sobran muchas cosas (si queremos que nadie se sienta excluido). Hay que empezar por el esencial (lo que has mencionado en tu entrada), lo demás vendrá solo.

    ResponderEliminar