Conozco a quienes se muestran ufanos de sentarse al lado de
una persona a la que consideran importante y luego presumen de ser amigos de…
Conozco a los que se creen importantes porque tienen muchos
de esos ufanos que les lavan la oreja con tal de que les den unos minutos o unas
horas de gloria, o unos años en un sillón de esos importantes en torno a los
que se reúnen tantos ufanos (afanaos, que así se dice en la huerta).
Conozco a los que, llevados por su obsesión por ocupar un
cargo en el que sobresalir, hacen planes para poner a su servicio a las
personas que verdaderamente valen para ese puesto.
Conozco a algunos que valen que dejan de valer porque
asienten gustosos, aunque también conozco a los que se niegan, y aunque incrementan
su vaporosa valía, sufren la condena del ostracismo (Exclusión
voluntaria o forzosa de los oficios públicos, a la cual suelen dar ocasión los
trastornos políticos.)
Conozco a los que se hacen la foto en el momento oportuno,
por ejemplo, en una manifestación, aunque sea la primera en la que participan
en años.
Conozco a los que hacen las fotos, a los que las celebran, a
los que dicen envidiarlos y a los que los envidian.
Conozco a los descarados, los que con tanto desahogo,
afirman o niegan proposiciones sin atender a su verdad o falsedad, sino según
convenga dependiendo del tiempo, el lugar y, sobre todo, ante quién, contra quién
o a favor de quién se dicen.
Todo eso lo conozco, y no tiene otra causa que el afán de
eternidad: querer sobresalir, ser importante, ser recordados, sentirse grandes,
perdurar en el tiempo, pasar a la historia, incluso después de muertos.
Es cierto que algunos son recordados más allá de su tiempo,
incluso durante milenios. Hay quienes se momificaron y legaron sus cuerpos,
o sus residuos, a la posteridad.
La Vía Láctea. Hasta ella un día desaparecerá. |
Pero por muy larga que sea su pervivencia, no es eterna. Ni
siquiera el universo lo es. Al menos eso dice la Teoría del Big Bang.
¿Qué es el flash de una foto, por muy importante que sea el
personaje retratado, comparado con
nuestro Sol y con los billones de estrellas que nacen y mueren
constantemente?
¿Qué es un discurso aplaudido, qué es un sentarse al lado de
alguien “importante”, comparado con la Vía
Láctea, y como ella, 100.000 millones de galaxias,
generándose y destruyendo en un fluir incesante que un día cesará?
Incluso aunque consiguiéramos perdurar momificados durante
miles de años, dentro de unos 4500 millones de años el Sol habrá dejado de
alumbrar y la Tierra
habrá desaparecido.
Todo es “atrapar vientos” dice Qohelet.
No, la inmortalidad debe consistir en otra cosa. Para mí que
los que hacen como he dicho, se desintegran antes que otros, incluso en vida.
Seguiré meditando a ver si encuentro respuestas, seguiré intentado creérmelas.
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