lunes, 28 de enero de 2013

EL AGUA CONVERTIDA EN MONOPOLIO (errores de concepto del servico de agua en Alcantarilla con historia real de propina)



El agua potable es un servicio municipal.
Para gestionarlo y, en principio, para que salga más económico y funcione mejor, se saca a concurso público para que alguna empresa privada lo administre.
Primer error de concepto: no es que el  ayuntamiento (ente abstracto) ceda un servicio para su gestión, es el mismo municipio, es decir, sus habitantes, los que lo otorgan.
Se hace un convenio, pero debe quedar garantizado que el agua llegará a todos y que tendrá unos precios universalmente asequibles.
Se suele cuantificar el coste y el municipio cubre el déficit, si lo hubiere, sobre todo para evitar que los más pobres carezcan del suministro.
Sin embargo, con el paso de los años el agua se convierte en un monopolio y la empresa concesionaria se comporta como tal: encarece los recibos a su antojo, establece condiciones leoninas para los usuarios, sin distinguir entre los que pueden y los que no pueden pagar y pone contra las cuerdas al ayuntamiento, que se ve preso de la empresa.
En los últimos años, el precio del servicio de agua, alcantarillado y basura ha subido en Alcantarilla disparatadamente y ya lo habíamos notado en el recibo. Pues bien, la última subida ha sido del 33%, porque venimos pagando lo mismo que antes, pero en vez de cobrarnos cada tres meses, lo hacen cada dos, o sea, el 33%.
Si no pagas, te cortan el agua a la voz de ya.
Segundo error de concepto: una empresa contratada por nosotros, los ciudadanos para que nos dé un servicio, se vuelve contra nosotros y nos domina. Lo normal sería rescindirle el contrato y exigirle indemnización.
Pero no, antes bien se le renovará casi hasta el infinito.
Tercer error de concepto: nuestros representantes municipales se toman la cuestión del contrato con la empresa del agua, como si fueran gerentes de una empresa privada de la que son propietarios. Tantos años en el poder les ha conducido al espejismo. El Ayuntamiento no es una empresa, y menos de ellos.
Una historia real de propina:
El resultado es el que es: esta mañana he ido a las oficinas de Acuagest para hacer una gestión, y delante de mí, un señor se acerca hablando en voz baja al empleado que atiende al público.
Cuarto error de concepto: ese empleado, acostumbrado a hacer de cortafuegos entre la empresa y los usuarios, se cree que le debemos la vida y nos trata con prepotencia y desgana.
Como decía, el señor que hablaba no quería que los que allí estábamos nos enteráramos de lo que venía a pedir. Pero el impúdico empleado se ha encargado de publicarlo: “las bonificaciones del agua tiene que solicitarlas en Servicios Sociales”. El hombre ha protestado con miedo diciendo que de allí lo habían mandado a Acuagest, y el sobrado oficinista le ha aclarado: “nosotros somos una empresa privada y, como tal, no damos bonificaciones, sólo damos las que nos dice el Ayuntamiento”.
Ésa es la clave: es una empresa privada, PERO EL AGUA ES PÚBLICA.
Pues eso es todo: votamos a personas, éstas se lo montan gestionando un ayuntamiento como si fuera suyo, contratan a una empresa para que nos sirva y ésta acaba dominándonos, hasta el punto que, si no se remedia, se quedará con la gestión de nuestras aguas, los próximos 30 años. A saber cuánto nos subirán el recibo.
¿Y no les dará vergüenza? ¿No dimitirá nadie?

1 comentario:

  1. asi funciona este pais ,bueno mal funciona pero aqui estamos nosotros para poner la otra mejilla , vaya una mierda de pais por culpa que esta banda de ladrones que se hacen llamar politicos ja ja ja ...

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